Lograr resultados instantáneos y acumulativos con los beneficios comprobados de la microcorriente.

¿Qué es la microcorriente?

La microcorriente es una corriente de bajo nivel que imita el flujo iónico natural del cuerpo y ha sido clínicamente probada para abordar de manera segura y efectiva una variedad de problemas de la piel. Debido a que la microcorriente funciona prácticamente sin sensación, el tratamiento es calmante y la mayoría de los clientes no sienten nada en absoluto. Los tratamientos de microcorriente son populares en la industria de la belleza por proporcionar resultados instantáneos y acumulativos.

Se ha demostrado clínicamente que la microcorriente en varias salidas y formas de onda:

Estimula la recuperación del tejido dañado2

Ayuda en el drenaje linfático

Reeduca a los músculos

Mejorar la penetración del producto

Mejorar el tono muscular y el contorno en la cara/cuello

Reducir las líneas finas y las arrugas

Mejorar temporalmente la circulación local

Firme y apriete la piel

Microcurrent es una tecnología segura y efectiva para los clientes que desean alcanzar y mantener una apariencia más saludable y de aspecto más joven.

Origen de los tratamientos de terapia de microcorriente

La microcorriente se ha utilizado en el ámbito médico desde la década de 1970 con la introducción de la máquina TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea) y fue aprobada por la FDA como un estimulador nervioso para el alivio del dolor, la curación de heridas y el tratamiento de la parálisis de Bell, una afección que causa una debilidad temporal o parálisis de los músculos de la cara. Todos los estimuladores de microcorriente son dispositivos TENS y requieren un 510 (K). Dispositivo de certificación clase II, de lo contrario no se pueden vender en los México y Estados Unidos. Esta certificación asegura que el dispositivo está fabricado con los más altos estándares. Con el descubrimiento de los tratamientos de terapia de microcorriente y su reentrenamiento actual de bajo nivel de los músculos del paciente, la FDA aprobó los estimuladores musculares para proporcionar una nueva aplicación antienvejecimiento para la industria de la cosmetología.

¿Cómo funciona el tratamiento de microcorrientes?

La microcorriente es capaz de estimulación facial, enviando ondas suaves y suaves a través de la piel y hasta los músculos faciales. Esta suave ola de energía es casi idéntica al flujo iónico natural de su cuerpo y se ha demostrado que aumenta la concentración de ATP (energía celular del cuerpo) hasta en un 400%, al tiempo que estimula la síntesis de proteínas y promueve el transporte de aminoácidos.

El ATP (trifosfato de adenosina) es la principal fuente de combustible de energía para nuestras células y es necesario para la contracción y relajación muscular. También estimula la producción de proteínas estructurales clave, como el colágeno que actúa como un andamiaje para apoyar la estructura de la piel3 y la elastina que proporciona el retroceso necesario dentro de la piel para volver a encajar en su lugar4.

A medida que envejecemos, la capacidad natural de nuestra piel para fabricar estas fibras proteicas se reduce, dando paso a los múltiples signos del envejecimiento. El aumento de la producción de proteínas y aminoácidos de ATP durante la estimulación facial ayuda a energizar y tonificar los músculos faciales con el tiempo – al igual que el ejercicio energiza y fortalece los músculos de nuestro cuerpo. A diferencia de cualquier otro lugar del cuerpo, los músculos faciales están directamente conectados a la piel, por lo que el resultado de energizar el músculo a menudo se mejora, proporcionando una apariencia suave y levantada.

Dispositivos de microcorriente

Tradicionalmente encontrados en los mejores spas y consultorios médicos, los dispositivos de microcorriente en el hogar se han convertido en una de las innovaciones más populares en la industria antienvejecimiento. Estos dispositivos portátiles permiten a los clientes beneficiarse de los beneficios inmediatos y a largo plazo de la terapia de microcorriente.

Los dispositivos de microcorriente están regulados por la FDA en los Estados Unidos y los organismos rectores internacionales a nivel mundial, que hacen cumplir los más altos estándares de seguridad y requieren pruebas rigurosas para obtener la autorización para ser vendidos. Sin embargo, no todos los dispositivos vendidos en el mercado están aprobados por la FDA y cumplen con estos estándares internacionales de seguridad.

Los estudios clínicos son compromisos asumidos por las empresas para demostrar la verdadera eficacia de sus dispositivos utilizados: todos los estudios son monitoreados y realizados por profesionales, como dermatólogos, para mantener la validez del producto.

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